Silencio

Ayer salí a la calle
y pude por fin escuchar el silencio.
Cantaban las hojas,
silbaba el aire,
sonreían los pájaros
y el agua volvía a brillar
calle abajo.
Era todo puro ruido,
sin embargo escuchaba el silencio
—nuestro silencio—
que disfruté los pocos segundos
que tardé en regresar.
Segundos que fueron un siglo
de paz infinita.

Confinamiento

Cerraron la puerta por dentro
y la ventana por fuera.
Dejaron afuera el aire
Y quedó adentro el hambre.
Fuera los pájaros trinan
y dentro la radio alarma.
Quedó afuera el ocio,
dentro quedó el hastío.
Dejaron fuera el calor y el frío
y aquí dentro la monotonía.
Dejaron fuera los instrumentos;
dentro, las partituras;
fuera, las canciones;
dentro, los aplausos.

El aire se acaba,
se agota,
se pudre,
bajo este techo que se desploma
un centímetro al día
sobre nuestras cabezas.

Aplausos

Vía de escape.
Reproche en voz baja.
Dragón que despierta
y su fuego se calla.
Rabia en los dientes,
llanto a distancia.
Muertos que buscan,
en vano, un adiós.
Enfermeros enfermos.
Médicos críticos.
Lumbres gritando.
Bomberos sin agua.
Serán inservibles
los aplausos de hoy
si no resuenan
mañana en las urnas.